El difícil camino hacia la vivienda propia en Bahía Blanca

Francisco Rinaldi

frinaldi@lanueva.com

Licenciado en Economía por la UNS y periodista económico con 16 años de trayectoria en La Nueva. A la largo de su recorrido profesional, se ha especializado en el seguimiento de los grandes problemas de la economía argentina y sus posibles implicancias para la bahiense, con una mirada local.
También se desempeña como profesor de los niveles secundario, formación profesional y terciario en Economía Política, Administración y Contabilidad.

Aunque pasen el tiempo y los gobiernos, hay cosas que nunca cambian. Una de ellas es el sueño de la casa propia, inalcanzable para la mayoría de los tres por cada diez bahienses que alquilaban la vivienda que habitaban al último trimestre del año pasado, última cifra disponible, según datos oficiales.

Es que tomando la evolución de esta variable en el tiempo, se ve que en el mismo trimestre de hace 10 años atrás el porcentaje de inquilinos locales era menor (26,5%), una clara evidencia de que las diferentes políticas de fomento crediticio ensayadas por los gobiernos (desde el Procrear hasta los UVA) no fueron suficientes para transformar a todos esos inquilinos en dueños.

El dato surge de Infodash, un medio bahiense que procesa datos estadísticos locales y nacionales y los pone a disposición de los usuarios, quienes pueden analizarlos de forma interactiva.

A la hora de buscar los porqués, el principal es la concentración del sistema financiero argentino en el financiamiento de corto plazo por encima del de largo, con una participación famélica del crédito hipotecario en el total de las financiaciones al sector privado incluso para los estándares de América Latina.

De hecho, según un documento de la Bolsa de Comercio de Santa Fé, el promedio de créditos hipotecarios con relación al PBI fue del 1% entre 1993 y 2018, cuando en el resto de la región, fue del 6%, con “picos” del 20% para el caso de Chile. Los datos actuales muestran, para nuestro país, que no hubo modificaciones con respecto a ese promedio histórico.

La estadística también muestra que un mercado hipotecario activo y saludable redundaría en beneficios para toda la actividad inmobiliaria, porque a medida que aumenta el crédito para viviendas, aumenta el total de operaciones.

De acuerdo con la Fundación Tejido Urbano, en la Provincia de Buenos Aires, cuando más del 5% de las operaciones inmobiliarias son con hipoteca, el volumen promedio de todas las operaciones de compraventa de inmuebles aumenta en un 3%, pero cuando el 15% o más se financian de esta forma, se incrementa hasta un 13%.

Agrega Tejido Urbano que marzo de 2024 fue, exceptuando abril de 2020, el año de la pandemia, el mes con menor cantidad de nuevos créditos hipotecarios a personas físicas desde 2002, lo que habla a las claras de las enormes falencias en la materia y de lo mucho que hay por hacer para cumplir el sueño de la casa propia.