Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

Ana Renda, la bahiense que jugó por Australia el mundial senior de pádel

"Me hubiese gustado jugar para Argentina, pero no tengo el nivel de Paula Eyheraguibel", dijo. Un repaso a su trayectoria por el tenis y el legado familiar. Testigo privilegiada del surgimiento del pádel en Argentina, Francia y Australia.

La delegación australiana, con Ana al centro. Fotos: gentileza Ana Renda.

(Nota de la edición impresa)

Ana Renda, para quien el tenis ha sido lo habitual, en continuidad con un legado familiar, logró la singularidad de recorrer un camino en el pádel. Sin el protagonismo, la trayectoria o los honores de otros exponentes de este deporte en nuestra ciudad. Pero con entrenamiento, orgullo y talento, esta bahiense de 35 años alcanzó en cuestión de años un objetivo inusual: representó a otro país en el Mundial Senior, disputado en abril pasado en España.

Integró la selección femenina de veteranas de Australia (+35), a la que contribuyó a mejorar la clasificación final respecto del mundial previo. Vivencia deportiva que fue de la mano con progresos personales y profesionales en poco tiempo.

"El pádel comenzó acá (Australia) alrededor de 2015 con dos canchas. Luego abrieron algunos clubes más, en distintas ciudades, con cuatro o cinco canchas. Va de a poco. El pádel femenino todavía no empezó. Faltan clubes. Y falta prensa, que la gente escuche un poco más qué es el pádel. Se preguntan si es tenis, squash o pickleball… Con la participación en el Mundial se hizo algo más de ruido, ya que fue la tercer presencia australiana en la historia del mundial de veteranos. Y el conseguido en España fue el mejor resultado hasta el momento”, afirmó Renda, en relación al 16º lugar sobre 22 participantes (hace dos años en Las Vegas habían finalizado 16º de 16).

Ana y su familia están radicados en Randwick, un barrio costero de Sidney, hace nueve años.

"Lo mío se dio medio de casualidad. Acá comencé a jugar en 2022, poco tiempo después de que se había hecho el Mundial de ese año. Luego me plantearon la posibilidad de sumarme a la selección, tanto en open como en veteranos ya que la edad mínima era de 35 años. Y durante todo 2023 me dediqué a entrenar, tomar clases y jugar tres a cuatro veces por semana. Le agarré la mano a la pared, al fin, y a los ángulos je. Porque un tenista juega en 180 grados para adelante. Y un padlista lo hace en todas las dimensiones", expresó.

"Fue cumplir un sueño. Si bien soy argentina nacida y criada, vivo más afuera del país de lo que viví en el mío. Me hubiese gustado jugar para Argentina, pero no tengo el nivel de Paula Eyheraguibel. Me faltan 30 años para llegar a ese nivel. Pero estoy feliz de haber podido representar a la federación de Australia en el Mundial. Es un país deportivamente enorme. Al pádel le faltan unos 10 años para ser como Francia. Y 20 o 30 para ser como en Argentina o España", agregó Renda.

En materia de resultados los primeros partidos en el torneo disputado en Alicante fueron con derrotas ante Estados Unidos (5-0) y Alemania (5-0).

"Ese fue el primero que jugué. Caímos 7-6 y 6-4 en un partidazo que pudo ser para cualquiera. El tercero contra Uruguay lo ganamos 4-1, con 7-6 y 6-3 los que me tocó jugar. Luego superamos a Noruega también 3-2, con mi partido que fue el decisivo (6-3 y 6-3) y que nos permitió terminar adelante de Japón, que era nuestro objetivo previo. Como extra, ganamos además la clasificación al Mundial siguiente. El último partido, de posicionamiento por el 15º lugar, lo perdimos ante México 5-0", recordó.

Australia compitió en la sede Benidorm, aunque también se jugó en La Nucía, donde compitió el seleccionado argentino.

"Se jugó en clubes diferentes, en cinco categorías por equipos. Yo jugué en +35/+39. Hubo 22 selecciones, algo histórico para el pádel. Esta vez terminamos 16º de 22 y los hombres 12º de 24. En el equipo de hombres ya jugó Patrick Rafter, por lo que la rama masculina está logrando más renombre. Los ex `pro´ de tenis se están acercando... Tal vez haga falta eso, que jugadoras famosas ya retiradas se acerquen", sugirió.

"Para Australia en mujeres fue un muy buen resultado, teniendo en cuenta que tres o cuarto mujeres de nuestro equipo tenían 65 o más años y habían comenzado a jugar hace tres o cuatro años. En cuanto a resultados fue histórico porque logramos por primera vez dos victorias de equipo (Uruguay y Noruega). Jornadas intensas, pero en cada Mundial lo vamos haciendo mejor", explicó.

Ana fue "surfeando" entre el rol de madre, esposa y profesional (nutricionista abocada a la prevención de la obesidad infantil), para volcarse al pádel.

"Me propuse tomarlo en serio. Dedicarme, entrenar y ponerme en forma para poder llegar. Estoy muy contenta de haber logrado el objetivo. De haber clasificado y haber jugado un mundial, el Mundial de Veteranos de pádel", dijo.

Legado familiar

“Mi bisabuelo paterno (Lorenzo Bertocci, a la vez abuelo de Oscar Renda) construyó canchas de tenis en Bahía, que son las que hoy están en Ferroviario. También construyó las del club Pacífico. Mi abuela (Amanda Bertocci) fue campeona provincial, mis hermanos jugaron… Jugamos en lo de Maronna toda la vida. Después nos pasamos a Pacífico. Después jugué al tenis más competitivo en Estados Unidos", contó a modo de referencia sobre el legado familiar en el tenis.

En suelo estadounidense, durante el período 2004-07, jugó tenis en la universidad de Saint Louis, Missouri, en el División 1 (Conferencia Central).

"Fue una experiencia increíble, becada, una oportunidad enorme. Muchos otros chicos de Bahía fueron y se quedaron jugando. Yo me fui a Europa. En Francia realicé un profesorado de tenis que, a la vez, me permitió retomar este deporte al cien por cien. De ocho de la mañana a nueve de la noche dando clases, jugando y compitiendo en torneos en ese país, donde además fui capitana de varios equipos nacionales y regionales durante los cuatro años que estuve. Cuando era profesora, arrancó toda la movida del pádel en Francia, que pude presenciar", recordó.

¿Lo vio nacer?

Ana cuenta que fue testigo del nacimiento pádel tanto en nuestro país, como en España y Francia, además de vivirlo más recientemente en Australia.

“Mi mamá (Claudia del Valle) jugó al pádel entre los ochenta y noventa, por lo que viví la época de esplendor en Bahía. La acompañaba a todos los clubes, Casablanca, La Chimenea, otra en calle Florida, Galápagos… Pasábamos las tardes ahí. Y si un día le faltaba una cuarta integrante, yo me sumaba porque ya jugaba al tenis y podía defenderme. El pádel siempre estuvo presente en mi vida. Mi casa llena de paletas de madera con agujeros y pelotas por todos lados”, recordó.

“Mientras viví en España presencié la crisis del 2008. Muchas fábricas o empresas que estaban en galpones cerraron y se reconvirtieron en canchas de pádel. En tres meses abrieron decenas de clubes en la ciudad donde vivía. Me invitaban a jugar, pero mi cabeza estaba en el tenis, en volver a jugar al alto nivel que llegué a tener, como un objetivo de vida. El pádel era un hobbie, nunca me lo tomé como algo en lo que pudiera llegar a ser tanto. Pero sí es un deporte que siempre estuvo acompañándome”, reconoció.