Ale Vila se animó a contarlo: “Fue un susto grande y estuve a punto de morir en la cancha”
El delantero con alta ascendencia en el plantel de San Francisco recibió un rodillazo en la espalda que le provocó un nuemotórax grado 2. Siguió jugando, hasta que se empezó a marear y fue derivado al hospital Municipal, donde le salvaron la vida.



Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social. Cronista de la sección Deportes de La Nueva. desde el 9 de octubre de 1995, especializado en fútbol. Entre 2002 y 2018 cubrió a Olimpo en Primera división. Trabaja en televisión y radio. Además, integró el equipo periodístico de "El Diario del Mundial", que se emitió en La Nueva Play.
“Cuando llegué a la guardia del hospital y me derivaron para operarme de urgencia el médico cirujano me dijo `llegaste casi sin respirar y tranquilamente te podrías haber muerto en la cancha de fútbol´. Me asusté muchísimo y me largué a llorar”.
El relato de Alejandro Martín Vila, delantero de San Francisco en la Liga del Sur, te estremece la piel y provoca una única sensación: mirarlo a los ojos y escucharlo con atención.
Sucedió el sábado 17 de mayo en la cancha de Sansinena, donde Villa Mitre hizo las veces de local frente al Celeste de Villa Italia, por la fecha 6 del torneo Apertura.
Y lo cuenta ahora porque en el inicio del proceso de recuperación le habían aconsejado no esforzar la voz, no agitarse y menos que menos recordar el hecho fortuito que le provocó un neumotórax grado 2 y fractura de una costilla (ver video abajo).
“A los 20 minutos del primer tiempo, más o menos, piqué en diagonal a una pelota larga enviada por Marcelo Castellano, el arquero rival (Tomás Manganaro) salió a cortar y me dio con la rodilla en la parte derecha de la espalda. Lo vi que se me venía encima, por eso me agaché y me corrí para el costado, pero el choque fue inevitable”, se explayó el punta juninense de 33 años formado, justamente, en el tricolor.
“Salí para que me atiendan y volví a entrar, aunque lo que me enteré después fue que jugué con un solo pulmón en funcionamiento porque en el otro no entraba ni salía aire”, deslizó el 7 del “Sanfra”.
“Todavía hoy sigo pensando si fue una jugada fortuita y un encontronazo casual; quiero creer que no fue a propósito, pero mirando el video el arquero no tuvo intención de sacar la pierna y sí parece querer dejarla”, indicó respetando todos los pasos cronológicos.
“Estaba fuera de la cancha, sin aire y con mucho dolor, no podía mover el cuerpo para el lado derecho. Encima al ingresar otra vez, Villalba (defensor villamitrense) me dio una patada terrible que me provocó un huevo en la canilla izquierda, así que me fui al descanso todo roto”, aseveró reconociendo que, más allá de la buena evolución, el pulmón todavía no recuperó su funcionalidad normal y que le quedan 15 días para poder volver a hacer actividad física.
“Siempre pensé que era el golpe, por eso pedí seguir para el segundo tiempo. Estaba todo más o menos bien porque el dolor era cada vez más insoportable, hasta los últimos 10 minutos, que me empecé a marear, no veía nítido y hablaba y desvariaba. Salí y no tenía aire ni para caminar, me doblaba y no reaccionaba a lo que me pedían, así que `Pelusa´ (Mario Martínez, presidente de San Francisco) me llevó al hospital Municipal”, comentó.
“Ya en el quirófano, me abrieron abajo de la axila, me colocaron una manguera para sacar el aire que se había alojado en la zona costal y ese proceso me lo repitieron durante los cinco días que estuve internado”, precisó sobre el diagnóstico.
--¿Ahora cómo estás?
--Cuando respiro profundo me pincha, me duele la espalda y me agitó si aceleró el ritmo cuando camino o voy de un lugar a otro en mi casa. El viernes tengo turno con el médico para sacarme los puntos, aunque me anticiparon que la evolución del pulmón marcha bien y que va a tardar en recuperarse.
--Te escucho dubitativo, como que el miedo no pasó...
--Es que sin haber perdido el conocimiento en forma total ni ver luces blancas al final del túnel, como dicen, estuve cerca de la muerte, me podría haber quedado duro en la cancha. Por el estado con el que llegué al hospital, casi sin respirar, sin hablar y sin responder a los estímulos, podría haber ingresado muerto y derivado a una reanimación cardiopulmonar si había tiempo. Solo me acuerdo de flashes, nada más, porque estaba perdido en tiempo y en espacio.
"Solo me queda agradecer a los que nunca me dejaron solo y me alentaron a salir adelante: Pelusa Martínez, mi famliia y mis compañeros", resumió.
La jugada en cuestión