Bahía Blanca | Domingo, 29 de junio

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Thiago Faur, el “ferretero” de Sporting: “Me cargan, aunque sé diferenciar un clavo de un tornillo”

Se suele quejar porque no le alcanzan las horas del día para ir de un lugar al otro, pero vive feliz y disfruta de este promisorio presente en el conjunto rojinegro. Es el hombre orquesta: futbolista, Licenciado en Educación Física, Instructor y docente. Ahhh... y el que te vende el “cosito” del “cosito”.

Foto: Emmanuel Briane-La Nueva., Instagram Thiago Faur y prensa Sporting

El lunes Olimpo y Sporting disputaron un cotejo de “manual” y el mejor homenaje a la pelota se lo hizo Thiago Faur con una frase sentimentalmente ligada a la pasión futbolística: “Nunca me fijo si fue un partido bueno o malo, solo agradezco tener el tiempo necesario para poder entrenar en la semana y jugar cada siete días”.

Nació en Punta Alta hace 26 años y hoy luce la 3 del rojinegro, aunque su crecimiento y maduración como lateral-volante tuvo su punto máximo en el aurinegro, donde llegó con edad de novena de AFA y permaneció durante 13 temporadas, incluso debutando en el Federal A de la mano del DT Carlos Mayor.

“Enfrentar a Olimpo siempre me genera una adrenalina especial, es como que te corre un cosquilleo al pensar en todo lo que viviste y aprendiste en ese club, pero eso se termina cuando empieza el partido y te mentalizás en defender la camiseta que llevás puesta”, fue el análisis del hijo de Daniel, coordinador de juveniles y menores en Sporting y actual orientador del primer elenco de Ferroviario de Coronel Dorrego.

La historia de Thiago arrancó en el “Sangre y Luto”, el club que marcó desde siempre a la familia Faur y donde jugaron sus tíos y su papá. A los 3 años, cuando hacía poco había empezado a caminar, ya iba de un lado al otro por los corrillos del estadio Enrique Mendizábal, hasta que a los 12, sabiendo que lo que soñaba no era inalcanzable, se sumó a las filas olimpienses con la firme idea de convertirse en futbolista profesional.

A medidos de 2024, cuando ya se le había vencido el contrato, emigró de la entidad bahiense con 100 presencias y 8 goles entre Primera local y Reserva de AFA, además de 7 encuentros en el Federal A y uno por Copa Argentina (ante Argentinos Juniors, 9 de marzo de 2022, por 16 avos de final).

Su destino, por seis meses, fue Huracán (10 partidos en Liga del Sur y Regional Amateur) y, casi sin proponérselo, el 2025 lo arrancó donde todo empezó: Sporting.

“Es un orgullo volver a vestir estos colores, compartir el día a día con gente que me quiere y quiero mucho y sentir ese aire especial que generan dirigentes, auxiliares, hinchas y allegados que se desviven por el bien de la institución. Es un presente hermoso, que disfruto mucho porque este es mi lugar en el mundo”, resaltó el zurdo que lleva asistencia perfecta y un gol con la roja y negra en el actual certamen liguista.

Pide que el día tenga más horas, que a veces le cuesta llegar de un lugar al otro y es lo que le reprocha su novia Valentina Fernández, con la que convive en el barrio ATE 3, alejado del centro puntaltense, junto a dos perros y una gata.

No sé que orden prefiere él, yo lo presentó como Licenciado en Educación Física, futbolista y ferretero.

--¿Está bien así?

--Entre 2019 y 2023, cuando tenía contrato profesional con Olimpo, el fútbol fue prioridad, era un incentivo cobrar por jugar, aunque nunca dejé de estudiar, otra de las pasiones que me llevaron a ser quien soy; me gusta aprender y perfeccionarme. En 2020 me recibí de Profe y el año pasado de Licenciado.

“Como docente arranqué con una suplencia, en el Instituto Centenario, que es privado, pero tengo ganas de agarrar más horas porque me sorprendió gratamente el hecho de dictar clases. A la tarde soy instructor en un gimnasio y hago malabares para que la carga horaria no me coincida con los turnos de entrenamientos”.

--Te estás olvidando de algo, ¿te lo digo?

--Ja, ja... Estás bien informado. A la mañana, cuando puedo, le doy una mano a mi viejo en la ferretería (Centro Ferretero Minorista, en Irigoyen 452). Atiendo al público y repongo mercadería, aunque a veces se me complica... Seguramente de eso te pasaron data.

--¿Sabés distinguir un tornillo phillips de uno común?

--Todo se aprende, no me quemés...(risas). Mi papá se hizo cargo de la ferretería hace cuatro meses y yo siempre pasaba a tomar mate, pero ahora me toca entrar ¡a luburar! Trato de leer manuales e instructivos y, pese a que mis compañeros me cargan, sé diferenciar un clavo de un tornillo. Antes preguntaba todo, ahora estoy más familiarizado con los productos, al menos los que de venden diariamente.

“Me ha pasado que algún cliente pregunte por una determinada pieza, el famoso `cosito´ del `cosito´, y muchas veces son elementos desconocidos para mi, que no vi nunca y que considero de otro planeta... (risas).”

--Con lo que decís me la dejás servida: debés ser blanco fácil de las cargadas.

--Uhhh, me dicen que me manejo mejor vendiendo herramientas que con la pelota; están todo el día con eso, y lo más triste es que no se cansan. Ahora, pienso quien me pudo haber traicionado contándote todo esto a vos y me cuesta creer que ese compañero, y amigo, me haya clavado un puñal por la espalda.

--Silencio stampa.

--De ahora en más me voy a tener que cuidar de ese que te saluda con un beso y un abrazo.

--¿Es cierto que en el plantel existe un grupo que se denomina “Ku Klux Klan” que hace estragos en el vestuario?

--Sí, hacen el mal con jodas que, por ahora, no se pasan de la raya. Suelen esconder botines y elementos personales, te diría algo de todos los días, pero si te descuidas cuando salís de la ducha tenés agua en el bolso y la ropa mojada. Son malditos, aunque no quiero seguir hablando porque todo lo que diga puede ser utilizado en mi contra.

--¿Para tanto?

--Es un grupo “pesado”. No voy a decir quienes son ni cuántos integrantes tiene, pero son seis o siete que buscan cómplices constantemente. Lamentablemente caen los que llevan poco tiempo en el club y no se saben defender. A veces aparece tu apellido en el pizarrón y te quieren sacar hasta lo que no tenés, son bravísimos. Hasta tienen contraseñas secretas y hablan en códigos indescifrables.

“Por suerte no soy parte de esa “secta”... (risas) y me encuentro a salvo en la vereda de enfrente. Cuando encuentran un objetivo, lo tienen a maltraer toda la semana, hasta que se hartan y van por otra víctima. Te anticipo que el Ku Klux Klan no es del riñón del club, es un grupete de mala vida creado por algunos de los refuerzos. Listo, mejor cierro la boca.

--Soy más curioso: ¿qué vende Alexis Vega?

--De todo, y lo que no tiene te lo consigue. Es un buscavidas, su inventario va de autos hasta perfumes, lo que necesites. El market play siempre lo tiene abierto.

--¿Cómo te llevas con los hinchas rojinegros?

--Bien, cuando van a la ferretería se dan cuenta: “vos sos el que juega de 3, ahhh... un gusto”. Algunos entendieron que si me quieren putear saben donde encontrarme...(risas). Eso sí, que no vayan por ir, que primero compren algo, ja, ja. Hablando en serio, al principio no me conocían, creían que era un refuerzo más, hasta que se enteraron de que soy nacido en el club. Igualmente me sigo bancando “hoy juega el ferretero” cada vez que dan la formación de Sporting.