Bahía: crece el consumo de la cocaína fumable ¿y también el de paco?
El director del hospital Penna, Jorge Moyano, disparó un alerta sobre el aumento de intoxicaciones por el uso de pasta base, pero existen opiniones en contrario.



Periodista especializado en la cobertura de temas judiciales y policiales desde 2010, con 20 años de actividad en La Nueva. Producción de información sobre causas y juicios, muchos de ellos con gran repercusión local, nacional e internacional. Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social, de esta ciudad.
Declaraciones públicas del director del hospital Penna, Jorge Moyano, sobre el supuesto aumento de casos por consumo de paco atendidos en el policlínico de nuestra ciudad, generaron discrepancia entre especialistas en la problemática de drogas a nivel local.
“Se están viendo muchos casos de consumo de paco que ingresan al hospital, cuestiones que antes estaban más asociadas al conurbano y que hoy están entre nosotros”, expresó días atrás Moyano en el diario digital La Brújula 24.
Sobre los dichos del funcionario provincial, quien no respondió ante la consulta de La Nueva., profesionales que abordan el problema de los estupefacientes coincidieron en que en Bahía, al menos hasta ahora, no se habrían detectado consumidores de pasta base de cocaína (conocida como paco).
Este producto es el resultado de un proceso intermedio en la producción de cocaína y su ingesta generó graves problemas en Capital Federal y puntos específicos de nuestro país, pero no tendría incidencia en el medio bahiense.
En tal sentido Hugo Kern, jefe del departamento de Salud Mental y Adicciones de la Municipalidad, señaló que lo que se consume en el medio local es una variedad de una cocaína de baja calidad, que se procesa para fumarla pero no es exactamente la misma droga que el paco.
“No estamos hablando de la misma sustancia. Pero estas confusiones sobre si es paco, si es pasta base o si es crack se producen porque hay un conjunto de sustancias que no se determina claramente qué son cada una de ellas”, explicó el especialista en Psicología Clínica.
“La problemática de las drogas ilegales nos coloca en una duda respecto de cuál es el contenido de la sustancia. Cuando comprás un medicamento, tenés que saber qué contiene”.


“En este caso el descubrimiento se debe al procesamiento de las muestras que determina de qué sustancia se trata, pero que genera una ambigüedad porque tiene distintos nombres en diferentes lugares”, completó.
Según Kern, en el último tiempo se registró en nuestra comunidad un incremento del uso de cocaína fumable, que se debe a distintas fórmulas.
Esta tendencia genera preocupación a raíz del impacto adictivo, físico, psicológico y social que este tipo de sustancia provoca en los consumidores, el cual es diferente a los efectos producidos por la cocaína de base aspirada.
La cocaína para fumar contiene estimulantes tipo anfetamínicos que hacen aumentar la frecuencia cardíaca, así como originan estados de estimulación y alerta y efecto de hiperactividad en el corto plazo.
Otras consecuencias negativas de esta modalidad de consumo son las conductas paranoides, el deterioro de las mucosas del cuerpo y problemas cardíacos, circulatorios y cutáneos.
"Para hacer la cocaína fumable se usa cocaína de baja calidad, que la procesan y ya la venden procesada", mencionó el informante.
La cocaína no es hidrosoluble, por eso para poder fumarla tiene que mezclarse con otras sustancias, las más comunes de uso farmacéutico.
"Antes se usaba una dilución que contiene amoníaco; ahora se utilizan otros productos más baratos", precisó el funcionario municipal.
La sustancia tiene que convertirse en un gas para su incorporación al organismo vía pulmonar, por donde ingresa en el torrente sanguíneo.
"Es una vía muy efectiva", señaló el profesional de la salud.
"El aumento no es para hacer un escándalo, pero es un problema emergente. Hay un crecimiento relativo, pero las principales sustancias que provocan problemas de salud siguen siendo las drogas legales, que son el tabaco y el alcohol", confirmó.
A criterio de Kern, comienza a surgir la tendencia de fumar la cocaína en vez de inyectarla.
"Estamos ante la presencia de modalidades que apuntan a fumar cocaína con un efecto similar al que se obtiene por vía directa al torrente sanguíneo, como es el caso de la vía endovenosa".
"Hay una búsqueda de un impacto mayor en el consumo de una sustancia, que tiene una fuerte relación con los estados de ansiedad e incertidumbre que se viven en los sectores más vulnerables. Buscan un efecto rápido", continuó.
Calidad
La calidad de la cocaína fumable tiene relación con las normas de control.
"Si tenés en cuenta que hubo muchos casos de adulteración de medicamentos de fabricación farmacéutica, que son sustancias de producción legal, imaginate lo que pasa con sustancias de producción ilegal", planteó Kern.
El antecedente más trágico de esta situación se registró en febrero de 2022, en el barrio Puerta 8 del partido de San Martín, donde 24 personas murieron después de consumir cocaína mezclada con carfentanilo.
El factor cualitativo de la droga se vincula además con el poder adquisitivo del usuario.
"Hay productos de baja calidad que se destinan a mercados de escasos ingresos", sostuvo el vocero.
"No apta"
Kern puso énfasis en que la cocaína fumable contiene sustancias no aptas para el consumo humano.
Entre la población usuaria aumentan las condiciones de vulnerabilidad psicosocial y se deteriora aceleradamente la vida de relación.
“Son drogas para las que se utiliza una vía de administración dañosa. Es más perjudicial por la forma de ingreso (en el organismo), por la calidad de las sustancias y por la frecuencia de uso, porque tiene alto impacto pero corta duración, entonces eso hace que se produzca una búsqueda de la nueva dosis y se incrementa la tolerancia, y por consiguiente una tendencia a aumentar la dosis”, precisó.
Los jóvenes son los más propensos al consumo de este tipo de narcótico, por tratarse del público más desprotegido.
"Ya están en una condición de vulnerabilidad porque estas son modalidades de uso de sustancias vinculadas con los procesos de exclusión y marginación en nuestra sociedad".
"Es muy importante tener en cuenta que las personas jóvenes tienen altas chances de revertir los procesos de adicción; es absolutamente posible en la medida que se vinculen con proyectos más saludables como la escuela", finalizó el licenciado Kern.
"Poco prudente"
El fiscal provincial de drogas, Mauricio Del Cero, consideró "poco prudente o tal vez prematuro" concluir que en Bahía habría intoxicados por paco, según afirmó Moyano.
El funcionario público aseguró que podría tratarse de consumos problemáticos de cocaína cortada con sustancias inclusive más nocivas.
“Pero dudo que exista una significativa cantidad de intoxicados por paco", aseveró Del Cero.
En un promedio de 100 allanamientos anuales que se realizan en esta ciudad, en el marco de investigaciones por narcomenudeo, "nunca" hubo secuestro de paco, según dijo el representante del Ministerio Público Fiscal.
"De hecho, entiendo que la venta de paco no sería rentable en esta ciudad porque requiere que sea transportado desde lugares donde funcionan cocinas de cocaína”.
“Supongo que (en el Penna, Moyano) debe haber tenido algún intoxicado con cocaína de muy baja calidad o cortada con alguna sustancia muy tóxica, y por lo tanto se asume que eso sería por paco", comentó la fuente.
"Por ahora no creo que circule paco en significativas cantidades. Si así fuese, se advertiría de inmediato en los secuestros al efectuarse allanamientos", agregó.
De todos modos, como consecuencia de lo dicho públicamente por Moyano, se inició una causa de oficio para investigar las supuestas intoxicaciones con paco, aunque "de momento es una afirmación sin respaldo científico y un dato no objetivo”.
Durante su declaración en sede judicial, el director ejecutivo del Penna no aportó datos que avalen su afirmación previa.
“Es más preocupante el consumo masivo y habitual de marihuana, actualmente mucho más potente que la planta de cannabis originaria, que adjudicar intoxicaciones al consumo por supuesto paco”, finalizó Del Cero.
Desde el área asistencial
Vanesa Troncozo, referente en la lucha contra las adicciones, no atendió casos por consumo de paco en la ONG que dirige.
"Quizás no está instalado en la ciudad porque para que haya consumo de paco debería haber cocinas de cocaína", reflexionó Troncozo.
"Al menos en nuestra experiencia no atendimos ni entrevistamos a familias o personas que concurran con ese tipo de consumo, lo que no significa que no exista", aclaró la responsable del centro La Misión.
La operadora socioterapéutica consultada dijo que hubo presencia de paco en esta ciudad mientras el tren Buenos Aires-Bahía Blanca estaba en circulación.
"En ese momento el paco se comercializaba en Bahía con mucha más naturalidad, pero en los últimos años no constatamos que acá haya habido consumo de este tipo de droga", concluyó la informante.
Alarma por la marihuana
Alerta. Si bien Del Cero remarcó que desde la pandemia creció el consumo problemático de casi todas las drogas, el fiscal advierte una suba "alarmante" del uso de marihuana.
Asistencia. "La cocaína fumable es un problema que está apareciendo con mayor frecuencia en Bahía Blanca, con un impacto importante en la comunidad que demanda asistencia", indicó Kern sobre este flagelo "emergente".
HIV. En la actualidad casi no hay usuarios de cocaína por vía endovenosa como consecuencia de la "epidemia de HIV", según expresó el psicólogo.
Valores. De acuerdo con datos del fiscal Del Cero, el precio de un gramo de cocaína de buena calidad ronda los 35.000/40.000 pesos, y un gramo 'cortado' al 30/40% cuesta aproximadamente 20.000 pesos.