Policía: por qué cuesta cada vez más reclutar aspirantes varones
Según Gonzalo García, exdirector provincial de Formación y actual vicerrector del instituto universitario Vucetich, la "inmadurez emocional" de jóvenes muchas veces es un obstáculo para ingresar en la fuerza bonaerense.
Periodista especializado en la cobertura de temas judiciales y policiales desde 2010, con 20 años de actividad en La Nueva. Producción de información sobre causas y juicios, muchos de ellos con gran repercusión local, nacional e internacional. Egresado del Instituto Superior en Ciencias de la Comunicación Social, de esta ciudad.
Los cambios de hábitos y preferencias de las nuevas generaciones se evidencian en distintos ámbitos de la vida, como por ejemplo el mundo del trabajo.
En este contexto la Policía de la Provincia de Buenos Aires tiene -desde hace un tiempo y con mayor intensidad en la actualidad- mayores dificultades para reclutar varones en comparación con las candidatas mujeres.
Esta tendencia obedece, entre otras causas, a que los aspirantes masculinos suelen vincularse con el entorno laboral de manera más “impermanente” que las jóvenes interesadas en la función policial.
Cuestiones conexas a la “inmadurez afectiva y emocional” predominantemente en los hombres, que son un factor importante a la hora de determinar su aptitud psicológica para el ingreso, también complican la admisión de personas de ese sexo en la institución.
El análisis corresponde a Gonzalo García, vicerrector del instituto universitario Juan Vucetich, quien se refirió a la “transformación de la subjetividad” de los jóvenes, sobre todo después de la pandemia, y destacó el compromiso de las mujeres para incorporarse y permanecer en la fuerza de seguridad.
“Vemos una dimensión de la incorporación de los jóvenes al mundo del trabajo en una actividad laboral muy distinta al resto. Actualmente todos los estudios sobre ellos indican que prefieren disponer de su trabajo”, afirmó García.
“Cuando hacemos encuestas o grupos para el proceso de incorporación, les preguntamos cómo se imaginan un buen trabajo y muchos responden ‘streamer’ u otras actividades que no exigen, por ejemplo, trabajar 8 horas en una fábrica y estar 25 años en el mismo empleo”, agregó.
“Porque quizá esto nos interpela a generaciones anteriores que, de alguna manera, fuimos formados por la lógica del fordismo (creación de Henry Ford para la producción en masa). Pero estos pibes son totalmente postfordistas y esto es algo que hay que atender”, advirtió el funcionario.
A raíz de esta coyuntura no sería extraño que a mediano plazo la Policía bonaerense esté integrada por más mujeres que hombres. De hecho, en el actual ciclo lectivo se capacitan aproximadamente 3.000 alumnos, entre los que hay un poco más de mujeres.
Sin embargo los ingresantes en las distintas sedes de la escuela Vucetich se dividen, entre hombres y mujeres, en mitades casi iguales.
Cuando los profesionales evalúan por primera vez a los postulantes, casi siempre quedan más mujeres que varones. “Hay dificultad para que los jóvenes pasen las pruebas selectivas y se comprometan con una actividad que es mucho más que un empleo”.
“Ser policía no es para cualquiera, sino para un hombre o una mujer que se comprometa con una función estatal en la cual debe exponer su vida, y que exige un compromiso personal e institucional distinto al de otros trabajos”, reflexionó García.
Más rendidoras
“Si ponés a competir hombres y mujeres de igual a igual, las mujeres tienen mejor rendimiento en las distintas instancias del proceso de selección, en la formación y en la convicción y el compromiso con el trabajo”, continuó el exdirector provincial de Formación del ministerio de Seguridad.
Incluso los cadetes que desisten de la carrera en la escuela de Policía Juan Vucetich son en su mayoría varones, una tendencia arraigada -dijo- en “todas las fuerzas provinciales y federales” del país.
“Seleccionamos cadetes y hacemos las pruebas para el ingreso en la escuela, cuyas autoridades después les hacen el seguimiento y deciden si califican o no para transformarse en policías. Pero cuando hacés la primera evaluación, tenés que prestar atención a esa segunda etapa de cuando ya ejerzan la función”, explicó el docente.
“Los policías deben ejercer la autoridad, eventualmente emplear la fuerza pública y es muy importante formar su carácter para llevar adelante ese ejercicio. Por eso la evaluación para el ingreso y la formación son fundamentales al momento de la admisión”, acotó.
Gran cantidad de las ingresantes a la formación policial son madres jóvenes, situación que las obliga a hacer un esfuerzo “extraordinario” para cumplir con la capacitación y que sus familias deban hacerse cargo del cuidado de esos niños.
Detalles de formación
La cartera de Seguridad bonaerense implementa un modelo de formación por competencias, con las 25 intervenciones prevalentes de la Policía, y preeminencia de la práctica para resolver incidencias de la tarea policial, ya sea en la “proximidad o en circunstancias más críticas como allanamientos, enfrentamientos o uso de armas”.
Esta metodología de capacitación aborda, además, el trabajo con niños, niñas y adolescentes, que es distinto a la intervención con adultos involucrados.
“Las materias van colaborando en la resolución de esas intervenciones. Derecho, Criminología o Derechos Humanos se reúnen en torno de la práctica”, dijo el licenciado en Ciencia Política.
“Trabajamos con un nuevo modelo de selección, de evaluación para el ingreso, con perfiles profesionales, competencias y directivas claras con las que el equipo de psicólogos y evaluadores cuenta para evaluar al candidato”, añadió.
Luego de 9 meses de formación básica con modalidad internado en la Vucetich, los estudiantes se reciben de técnicos superiores en Seguridad Pública y durante las temporadas de verano participan del operativo Sol, desplegado principalmente en la costa atlántica.
“Posteriormente (los oficiales) reciben una etapa más de formación, que es un curso de especialidad en el destino. Por ejemplo, si van a Investigaciones, le hacemos un curso de especialización en Investigación Criminal”, precisó García.
“Termina siendo un ciclo de formación de casi dos años, desde que ingresan hasta que se consolidan en su tarea”, remarcó.
Los policías de la Fuerza Barrial de Aproximación (FBA) en esta ciudad realizaron el curso.
Elogios a Bahía
García elogió el buen funcionamiento de la escuela de policías local y a su directora, la comisario inspectora Gabriela Durán.
“La escuela en Bahía Blanca está funcionando a pleno y se readecuó mediante un subsidio municipal, que le permitió construir una compañía para personal femenino y otra para hombres”, afirmó.
La sede bahiense de la Vucetich, ubicada en Undiano y Chile, era una de las pocas que no contaba con estas dependencias para descanso.
“Por eso cada vez que teníamos que incorporar, a Bahía Blanca mandábamos solo varones o solo mujeres. Ahora es posible hacer la cursada mixta, obviamente con compañía masculina y femenina”, aclaró.
“Además tenemos una directora muy buena que conoce bien lo formativo y pedagógico; es muy dedicada y se preocupa por los cadetes. Es una de nuestras mejores directoras”, agregó.
Este año en la Vucetich de Bahía se inscribieron 1.500 candidatos, se presentaron 600 y se incorporaron como cadetes apenas 170, de los cuales aproximadamente 50 son bahienses, divididos mitad varones y mitad mujeres.
En la sede local del establecimiento educativo cursan aspirantes de este partido, Adolfo Gonzales Chaves, Coronel Rosales, Coronel Dorrego, Coronel Pringles, Coronel Suárez, Patagones, Puan, Tornquist, Tres Arroyos, Villarino y Tres Lomas.
Fallas en psicotécnicos
García le restó importancia a los fracasos de algunos postulantes en los exámenes psicotécnicos.
“Eso es normal y está muy bien que sea así porque hay que preservar que los ingresantes sean idóneos para ejercer la actividad. Pero la mayoría de las exclusiones por evaluación psicológica está lejos de producirse por la postulación de un psicótico, por ejemplo”.
“De cualquier manera todos aquellos rasgos de la conducta compatibles con trastornos severos de la personalidad, psicopatías y fobias quedan excluidos y eso se detecta muy rápido con las pruebas, sobre todo los tests proyectivos gráficos.
“En la mayoría de los casos son cuestiones de emociones por parte de los candidatos más jóvenes, ligadas a la emocionalidad controlada y maduración. Hay que tener en cuenta que los aspirantes tienen entre 18 y 25 años: son muy jóvenes”, completó.
Los candidatos con edades más próximas a los 25 son quienes obtienen los mejores rendimientos en las evaluaciones, según confirmó García.
Más dificultades en el conurbano
Reclutamiento. García reconoció que hay más dificultades para reclutar aspirantes en el conurbano.
Causas. “Se debe a que en el conurbano hay más oferta laboral y otras fuerzas con las que competimos, como la Policía de la Ciudad, fuerzas federales, las escuelas de Gendarmería en Mercedes y Ciudad Evita y la de la Federal”, dijo.
Prestigio. “Además el trabajo está más diversificado y la cultura en el conurbano es distinta. El prestigio de la Policía bonaerense en el interior todavía sigue siendo valorado”.
Consentimiento. Los policías del interior deben completar una declaración jurada en la que se comprometen a prestar servicio en el conurbano durante un tiempo, como parte de la formación.
Continuidad. El instituto universitario Juan Vucetich se destina a oficiales que deciden continuar su instrucción a través de las licenciaturas en Seguridad e Investigación, entre otras carreras.