Bahía Blanca | Sabado, 18 de mayo

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Autonomía municipal y regionalización: una idea para barajar y dar de nuevo

La intención de aplicar federalismo desde la base se mantiene cada vez más vigente. La crisis del agua en Bahía Blanca asoma como un iceberg para una problemática histórica. Las visiones de Luis Gotte y Jaime Linares.

La ciudad de Bahía Blanca, hoy con casi 350.000 habitantes. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

—¿Por qué generalmente se repasa la historia hasta casi 200 años para construir propuestas a futuro? ¿No hay posibilidades de pensarlas desde este tiempo a 2050?

—La idea es tomar los ejemplos de los hechos conductores del pasado. ¿Por qué? Porque los problemas nunca se solucionaron, están abiertos y continúan generando más inconvenientes.

El escritor Luis Gotte, autor de varias publicaciones sobre las fortalezas y las debilidades de la provincia de Buenos Aires, propone una vuelta de tuerca al proyecto primigenio de Provincias Nuevas.

“Todavía estamos discutiendo los diálogos entre (Bernardino) Rivadavia y (Manuel) Dorrego, federales, centralismo y demás. Hasta que no sepamos lo que queramos ser no podemos pensar en algo diferente porque vamos a arrastrar al pasado. Por eso la idea es constituirnos con un federalismo de base con plena autonomía municipal. Y acá no se necesitan iluminados, ni proyectos del exterior con ideas de la socialdemocracia, del liberalismo, de la Escuela de Austria o de los Chicos de Chicago. Hay que aplicar lo que se armó oportunamente”, sostiene.

Gotte —de raíces justicialistas— estuvo varios días en Bahía Blanca tras la presentación de su libro Buenos Ayres Humana II, la hora de tus intendentes (Ed. Fabro); que nació luego de Buenos Ayres Humana I, la hora de tu comunidad (diciembre de 2022) y en vísperas de Buenos Ayres Humana III, la hora del regionalismo, a publicarse a fin del corriente año.

“¿Qué significa la autonomía? Tener recursos propios a partir del poder político municipal del intendente. Previamente se necesitará una reforma tributaria, saber qué impuestos o qué recursos van a quedar en la comuna y cuáles se coparticiparán con la Provincia. Hoy, todos esos fondos van a La Plata para, después, ser redistribuidos pero no al 100 %, sino el 17 % de ese total en base a determinadas características; entre ellas, el número poblacional de cada distrito”, agrega.

“Un ejemplo de este debate lo vemos por esos días con el servicio de agua potable en Bahía Blanca, que debería tener un manejo local. ¿Quiénes necesitan un servicio adecuado en la ciudad? Sus propios habitantes. Entonces, ¿por qué se deben decidir estas cuestiones desde una dependencia de La Plata? En esto no nos podemos engañar; hay que ser claro”, explica.

Luis Gotte, escritor, articulista y autodidacta bonaerense, en la redacción de La Nueva.

“En esta búsqueda de soluciones es el intendente quien las tiene que dar. Y la única forma es contar con las herramientas necesarias. Es decir, mayor libertad de recursos y toma de decisiones sin la intromisión del gobierno provincial. Y también con la participación de la gente, observando y coadyuvando en sus decisiones. Y esto no quiere decir que transforme a su comuna en una especie de señorío feudal y que pueda hacer lo que quiera con los recursos”, aclara Gotte.

“Hay que tener una concepción más amplia para trabajar en conjunto, porque advierto que hay muchas divisiones partidocráticas que ya no tienen sentido. El radicalismo y el peronismo, por ejemplo, tienen un pasado de unidad, de cuestiones en común y no pueden estar separados. Hoy, el problema es gravísimo, el escenario está cambiando y no sabemos qué puede llegar a pasar en los conflictos internacionales”, asegura.

—¿Por qué regionalismo es el tema del tercer libro?

—La importancia está dada en que los municipios van a poder potenciarse, porque hoy son una especie de globo cargado de mucha energía que no logran transformarla en materia. En este sentido, Bahía Blanca tiene mucho para decir, ya que es una de las ciudades más importantes y más ricas de la provincia de Buenos Aires. Justamente, vine para conocer y comprender el potencial que tienen la ciudad y su región y, obviamente, para hablar sobre regionalismo.

“Entiendo que es más fácil si las comunas se unifican. Eso es posible cooperando en un trabajo conjunto de inversión para que el productor pueda sentirse más tranquilo y tener certeza de que si duplica la producción va a generar dividendos y, por ejemplo, no tendrá problemas de infraestructura para trasladar lo que haga.

“Si la provincia de Buenos Aires, dado su Producto Bruto Geográfico, canaliza un aumento de la producción hasta podría triplicarse. Dadas las dimensiones geográficas y poblacionales podría estar, sin exagerar, entre las 20 economías más importantes del mundo.

“¿Qué significa la autonomía? Tener recursos propios a partir del poder político municipal del intendente”, dijo Gotte.

“Incluso, si generamos las condiciones necesarias hasta regresaría mucha gente que, oportunamente, se fue de cada lugar porque, como dice el tango Volver de Carlos Gardel, siempre se vuelve al primer amor: el de la tierra y el de la ciudad de donde nacimos, crecimos y que, lamentablemente, un día tuvimos que abandonar. Esa es mi historia personal. Soy de Nicanor Otamendi y debí partir a Mar del Plata para desarrollarme porque no podía satisfacer mis necesidades básicas.

“¿A dónde se van muchos? Al conurbano, que sigue creciendo y se ha transformado no en una burbuja de energía, sino en una especie de volcán que está haciendo erupción. La pregunta obvia es: ¿Con qué necesidad con tan vasto territorio que tiene el territorio bonaerense?”.

—De la provincia de Buenos Aires se ha dicho que es de gestión inviable. También se presentaron proyectos de división y hasta de regionalización, pero nunca se llegó a nada concreto. ¿Qué debiera suceder ahora?

—Quienes hablan de la inviabilidad, así como aquellos que han trabajado en la partición en tres o cuatro provincias nuevas, de alguna forma no la conocen. Muchos de ellos vienen, o son de la Capital Federal. Han nacido, estudiado y hasta hecho amistades allí y, de pronto, llegan al cargo de gobernador.

“De 74 gobernadores que tuvimos desde Dardo Rocha hasta la actualidad, sólo uno nació en La Plata: Anselmo Antonio Marini, quien estuvo en el cargo entre los años 1963 y 1966. De esos 74, únicamente 44 fueron elegidos en forma democrática y sólo 14 nacieron en territorio bonaerense; el resto lo hizo en la Capital Federal. Quiero decir: no la comprenden; no la entienden.

Operatoria de cereales en el puerto de Ingeniero White, en el distrito de Bahía Blanca.

“La provincia, si bien podemos hacer diferencia entre las regiones sur y centro respecto del conurbano porque se establecen grandes diferencias, también puede ser uniforme. ¿Por qué? Porque podríamos trabajar en la producción de materia prima, agrícola y ganadera y utilizar el cordón del conurbano para valor agregado de industrialización y, luego, exportarla como producto final.

“Obviamente, siempre el primer paso, el más importante, es que esa producción prioritariamente alimente a la población bonaerense. Hay un ejemplo de la importancia de esto. Desde la crisis 2001-2002 que atravesó la provincia miles de madres quedaron subalimentadas y, por ende, muchos chicos nacieron y se desarrollaron con el mismo déficit. Esto lo puede corroborar cualquier pediatra o científico. Y esos chicos, que hoy tienen 18 o 20 años, son los que vemos en el conurbano que están, o han caído, en la droga y en el delito. Ante la crisis actual, con el 57 % de pobreza y el 12 % de indigencia, se concluirá con generaciones de chicos subalimentados. Eso hay que impedirlo”.

—¿De qué manera se puede lograr?

—Una de las alternativas está en las nuevas concepciones de organización de las comunidades, sobre todo en las delegaciones municipales. Es decir, verlas como pueblos granjas para la producción de alimentos trabajando de forma comunitaria y autoabastecida, donde el alimento esté más cerca de la población en una estrategia productiva semejante a la creada en los kibutz israelíes.

“En producción y desarrollo del interior se pueden crear pequeñas iapis (NdR: el IAPI, Instituto Argentino de Promoción del Intercambio, fue lanzado en 1946 y se extendió hasta 1955), como surgió en el gobierno justicialista de los 50, que no sean provinciales ni nacionales, sino regionales a través del compromiso municipal de comprar la producción para, después, distribuirla a la propia zona o al conurbano”.

—En un momento de crisis como la actual, ¿cuál es la posibilidad de que estos temas empiecen a ser tenidos en cuenta?

—Es la realidad la que nos tiene que impulsar a un cambio profundo. La provincia de Buenos Aires, como el resto del país, viene con un esquema centralista desde 1861; fue cuando asumió Bartolomé Mitre. Entonces se estableció un gobierno centralista, más allá de lo que diga el Art. 1 de la Constitución Nacional (NdR: (...) La Nación Argentina adopta para su gobierno la forma representativa y federal (...).

—¿Quiénes deben propiciar los cambios?

—Esto es como una marea. Es decir, implica la prédica y la concientización del vecino común. En algún momento vamos a tener que hacer un parate; es decir, entender de que el camino no es por acá y dejar de pensar en lo que se hace en los niveles nacional o provincial, sino verlo desde el mismo municipio.

Sesión en la Legislatura bonaerense.

“Así como al final de la década del 90 hubo una organización multisectorial, aquí en Bahía Blanca, donde distintos representantes de los municipios de la Sexta Sección bregaban en unidad por una división de la provincia, ahora debemos hacer un camino semejante. Pero con más impulso, ya que tenemos mayor proximidad hacia los vecinos con la tecnología de distintas plataformas de comunicación, algo que en aquella época no existía.

“Hay que tratar, también, de que las demás Secciones Electorales piensen de esta forma. Magia no hay y por eso se trata de una tarea de convencimiento y de prédica constante. Así empezaron los partidos políticos, yendo a los sindicatos, a las distintas organizaciones, a las universidades y a los colegios para difundir sus mensajes; nadie largó desde arriba hacia abajo. Es el único camino posible porque, lamentablemente, si no hay masa crítica desde abajo nuestros legisladores no trabajan en estas cuestiones. No les interesa”.

—¿Qué pasa si el proyecto no se concreta?

—La crisis se profundizará. La delincuencia será mayor, porque en la medida de que la pobreza se extiende se crea un campo fructífero para el narcotráfico.

“Si no hay masa crítica desde abajo, los legisladores no trabajan en estas cuestiones. No les interesa”, sostuvo Gotte.

“De un lado tenemos un futuro negro, pesimista, tremendo, pero del otro se puede concebir al municipio como la herramienta necesaria para la resolución de casi todos los problemas de la comunidad. Y el intermunicipio, o el regionalismo, para encontrar soluciones a las que el municipio no llega”.

—¿La eventual solución está en manos del gobernador de turno o en los legisladores?

—De los legisladores. A través de la ley, ellos tienen herramientas para llevar adelante estas cuestiones. Vos podés armar una ley y el gobernador le da cabida, o no, pero si tenés una mayoría apropiada, esto es, un 75 % de los legisladores a favor, la ley sale. Además, en algo tan importante ningún mandatario se va a oponer.

—¿Por qué?

—Porque redundará en una imagen negativa y los votos se le pueden volcar en contra. El político lo aprecia así.

—¿Qué conoce el ciudadano bonaerense sobre este proyecto?

—El vecino común no ha impulsado estas propuestas. Tendría que haber hecho causa común con la idea para que los legisladores vean que existe interés para una reforma provincial y se haga eco.

—A propósito, no existe un perfil único del bonaerense…

—Es cierto; puede ser un contratiempo. De todas maneras, desde el punto de vista sociológico podríamos definir tres regiones bien delimitadas: una costera, con Mar del Plata, Miramar, Villa Gesell y demás; otra relacionada al campo y, finalmente, el conurbano.

Ciudad de Mar del Plata.

“Pero hay algo que debe unificar, que es la identidad bonaerense. Santa Fe puede tener dos identidades, el norte y el sur, por ejemplo; Córdoba y Salta lo mismo, pero el santafesino es santafesino, el cordobés es cordobés y así el resto. Tienen identidad propia, la que les fue dada por la propia historia y por sus caudillos. Justamente, este es otro de los temas clave que hay que recuperar para la provincia de Buenos Aires”.

Linares: “La municipalización es un tema pendiente”

“Siempre estuve a favor del tema de la municipalización y, aún hoy, entiendo que al país le hace falta este debate”, dijo el Agr. Jaime Linares, exintendente del partido de Bahía Blanca entre los años 1991 y 2003.

“Cuando fui presidente de la Federación Argentina de Municipios (FAM; 2001 y 2002) trabajamos sobre la cuestión, aunque hay que aclarar que la Constitución de la Provincia de Buenos Aires no posee un régimen de autonomía, tal como sí fue aprobado en la reforma de la Constitución Nacional de 1994. Este es un problema desde el punto de vista legal, pero no es algo definitivo”, aclaró.

“Los municipios deben tener una mayor posibilidad de conducir su desarrollo y hay que trabajar en este sentido; incluso, hasta para generar un sistema impositivo propio”, añadió.

“De todos modos, cierto es que para un proyecto de estas características debe existir solidaridad entre los que más tienen respecto de quienes menos poseen”, sostuvo Linares, quien fue diputado provincial (2005-2011) y senador nacional (2011-2017).

En diálogo con La Nueva., referenció el porcentaje del PBI que utiliza cada sector del Estado en la Argentina donde —en promedio— la Nación aplica el 51 % de los recursos; la Provincia el 42 % y los municipios sólo el 7 %.

Agr. Jaime Linares, ex jefe comunal de Bahía Blanca entre los años 1991 y 2003.

“En España, en los Estados Unidos y en Brasil, por ejemplo, las comunas tienen una importancia del gasto público de entre el 18 % y el 22 %. Cuando uno alcanza esos parámetros, las posibilidades de desarrollo local ofrecen una solución cercana y mucho más efectiva”, explicó.

“Este tema es crucial, ya que los recursos municipales son mucho más auditables y más eficientes en su gasto”, añadió.

Respecto de la cuestión tributaria, Linares comentó que es posible hacer un nuevo sistema impositivo con participación inversa. “Por ejemplo, que la Provincia cobre las patentes de los autos y le pase un porcentaje a la comuna. A esta altura es absolutamente razonable que este impuesto se pague en cada municipio, o al menos un gran porcentaje”, indicó.

El caso, que es icónico si de autonomías municipales se trata, no es menor. Actualmente, las patentes, que tuvieron este año un aumento de casi el 300 %, las cobra el gobierno provincial (a través de ARBA) desde los cero kilómetros hasta los vehículos modelo 2014, inclusive, ya que las unidades 2013 —y las descendentes, a un valor apenas incidental en términos de presupuesto comunal— pasan al ámbito de recaudación local.

Planta potabilizadora de ABSA.

Otro tema coyuntural, de inevitable relación entre autonomías municipales y eventuales regionalizaciones, es la provisión de agua potable a Bahía Blanca.

“Mucho se habla de la municipalización del servicio, pero se deben realizar algunas aclaraciones”, señaló.

“Lo que uno puede hacer es la distribución al recibir el agua potabilizada, pero no hacerse cargo del acueducto, del dique y demás, que cuesta una fortuna”, sostuvo.

“Así, la comuna bahiense, así como la de Coronel Rosales, tendrán que hacerse cargo del 30 % de las pérdidas y de la reparación de los caños en el menor tiempo posible. ¿Cómo se paga? En función de los metros cúbicos cedidos”, explicó.

Entre las grandes ciudades, ABSA posee atención exclusiva en La Plata y en Bahía Blanca, ya que Mar del Plata, que en algún momento estuvo a cargo de la Nación, depende de un ente descentralizado.

“Los recursos municipales son mucho más auditables y más eficientes en su gasto”, manifestó Linares.

Respecto de la regionalización, el exintendente bahiense insistió que la Constitución Nacional la permite en función de diferentes sectores productivos.

“Lo que pasa es que tenemos más vinculación con una amplia región de la provincia de La Pampa que con Tres Arroyos, por ejemplo. De todas maneras, la realidad es que no existe vocación para desarrollar proyectos de este tipo”, afirmó.

“¿Cuántas regiones? Pueden ser dos, tres o diez, más allá de las propuestas para la costa, el interior y el conurbano. Pero una idea de este tipo tiene mucha complejidad por la condicionante presencia de los distritos del conurbano”, concluyó Linares.