Una chalet como estación de servicio
Esta arquitectura identificó durante décadas a la petrolera.
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 79 años, en marzo de 1945, inauguró sus nuevas instalaciones la estación de servicio “Colón”, ubicada en la céntrica esquina de Saavedra y avenida Colón.
Propiedad de la West India Oil Co., compañía de capitales norteamericanos, fue una de las primeras estaciones de servicio en nuestra ciudad, vendiendo productos Wico y popularmente nombrada por los vecinos como “La westin”.
El primer edificio construido tenía líneas muy modernas, con un local recostado sobre la medianera paralela a la avenida Colón y un gran alero que avanzaba sobre la isla con surtidores. Además de la venta de nafta y querosén, ofrecía lubricantes y una atención mecánica ligera. Desde entonces la estación llevó el nombre de “Colón”.
Cómo iba a ocurrir varias veces en el tiempo, en 1945 se produjo el primer “cambio de imagen” de la compañía, demoliendo el edificio original para dar lugar a una nueva construcción de líneas pintoresquitas, una suerte de chalet con cubiertas de tejas a varias aguas y un cobertor más modesto sobre la zona donde estacionaban los vehículos.
“Reabre el lugar con modernas instalaciones, dotada de todos los elementos necesarios para una mejor atención. El edificio muestra líneas arquitectónicas que armonizan con las exigencias actuales en la materia y un aporte de la empresa de ofrecer todas las comodidades más el enriquecimiento de la ciudad que se realzada con estas nuevas instalaciones”, señaló este diario.
Unos años después la West India cambiaría el nombre de sus productos por la marca Esso y en la década del 80 construyó una nueva estación, acorde a una nueva estética.
Ese uso de la esquina terminó en 2002, con el cierre definitivo del negocio. Desde entonces está el lote sin destino, rodeado de un precario cerco de chapa y constituyendo un verdadero adefesio para la estética urbana.