Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Un viejo galpón cobija viviendas sociales de madera

En Barcelona, como en varias ciudades del mundo, los galpones industriales en desuso o abandonados recobran su vida con variedad de usos y destinos.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

   Los edificios industriales siguen siendo materia de estudio y recuperación en todas las ciudades del mundo. Es el caso de la vieja fábrica de hilos y tejidos Fabra i Coats de Barcelona, construida entre 1910 y 1920, la cual consta de cuatro plantas, con estructura de ladrillo visto y de dos torres que comunican los diferentes espacios.

   Este edificio, icono del patrimonio industrial barcelonés, forma parte de un complejo integrado por varias naves y que en 2008 se propuso unirlo a la red de Fábricas de Arte de Barcelona, ​​agregando 28,000 m² de espacio público y, por primera vez en este tipo de intervención, que un galpón de 100 metros x 15 metros por 11 de alto (dividido en dos pisos mediante una losa intermedia) sirviera para encerrar viviendas sociales.

Viviendas adentro

   Estructura, fachada y techo son una unidad de mampostería de ladrillo macizo, tejas árabes y estructura de acero. La intervención activa todos los elementos originales y reutiliza sus cualidades físicas, espaciales e históricas para hacer que el nuevo edificio sea más eficiente y enfatizar la naturaleza del original.

   La primera decisión fue hacer hincapié en la longitud del almacén: el acceso se coloca en el centro, creando un cuadrado interior desde el que salen las escaleras.

   El nuevo edificio se construye utilizando montaje en seco y con pocos materiales. La madera es la principal, utilizada en todas sus formas: maciza, aglomerado, contrachapado, ensamblada como si fuera una pieza de tela.   Los dos pisos interiores se reutilizan estructuralmente para los dos pisos del antiguo almacén que se transforman en cuatro pisos de vivienda. Un espacio intermedio permite que circule el aire para que no se necesite aire acondicionado la mayor parte del año y allí se encuentran los caminos de acceso, conservando el antiguo itinerario de los rollos de hilo con los puentes grúa y las cintas transportadoras.