Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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¿El golpe blanco terminará afectando al trigo del sudoeste bonaerense?

La aparición de una enfermedad reconvertida por El Niño alargado, ya provoca pérdidas en Santa Fe.
¿El golpe blanco terminará afectando al trigo del sudoeste bonaerense?. Con el campo. La Nueva. Bahía Blanca

Guillermo D. Rueda

grueda@lanueva.com

Golpe blanco. Fusariosis de la espiga. Tizón de la espiga. Espiga blanca. Nombres propios para preocupar a los productores de trigo del país, en general, y del sudoeste bonaerense, en particular.

“Por este El Niño alargado, que hemos tenido en octubre, apareció otra enfermedad que se llama golpe blanco. Está ocasionada por Fusarium, ataca a las espigas y es lo que, luego, se llama grano chuzo, algo que no se puede vender”.

Lo afirmó Margarita R. Sillón, una de las fitopatólogas más importantes del país, al comentar lo que sucede en algunos sitios del norte-centro del país, donde el golpe blanco ya hizo su aparición y, aún, en razón del diferencial del período de siembra, es una incógnita respecto de lo que pueda suceder en la región cercana a Bahía Blanca.

“Además, el Fusarium puede tener muchas microtoxinas cancerígenas, por lo que complica aún más al cultivo”, indicó.

También dijo Sillón que el golpe blanco es una enfermedad localizada, ya que necesita que el trigo, cuando está en plena floración, tenga tres o cuatro días de mojado.

“Cuando hay dos o tres localidades de 30 kilómetros entre una y otra, que parecieran cercanas, por ahí una estuvo en situación de humedad y la otra no al diferir con la floración.

"Quiero decir que no es algo generalizado, pero cierto es que hay focos con bastante golpe blanco”, sostuvo a “La Nueva.”.

   Se trata de una enfermedad común en áreas de cultivo de trigo húmedas y semihúmedas, algo que se ha apreciado en estas dos últimas campañas en el sudoeste bonaerense, en que la aparición de El Niño se mostró en forma significativa.

Sillón comentó que aún no tiene datos del SOB, ya que es algo que está ocurriendo en la zona centro.

“Por ahí no se ven aún los síntomas del golpe blanco a campo. Sí en nuestra zona porque está más adelantada. Los trigos terminados están mil kilómetros al norte y por eso pudimos ver lo que sucede con esos lotes”, explicó la especialista.

También confirmó que el trigo 2016/2017 viene con tres tipos de roya.

“Una es la roya a la que está más acostumbrado el productor, que es la de la hoja. La roya del tallo, que es mucho más agresiva y que se da con altas temperaturas, hoy en Santa Fe y en Entre Ríos, y una roya que no es nueva, la lineal o estriada que, incluso, los agrónomos que tienen menos de 10 años de recibido, aún no la conocen, pero ahora apareció en forma significativa.

"Se han hecho hasta dos aplicaciones, sobre todo en más temperatura, para detenerla”, aseguró Sillón.

--¿Cuál puede ser el grado de afectación de la producción triguera nacional?

--En la zona centro de la provincia de Santa Fe he visto ataques de roya al tallo graves. Creo que se han hecho aplicaciones de fungicidas en forma tardía, acaso porque no podía ingresar el mosquito (fumigador).

"Con seguridad, esos trigos van a perder mucho en rendimiento.

“Respecto del golpe blanco lo que se puede perder es en calidad pero, como la enfermedad está muy localizada, habrá zonas de muy buena producción y algunas que no".

--¿La cebada también se ha visto involucrada?

--El productor estaba acostumbrado a trabajar las manchas en red y borrosa, como sucede con el trigo. También la tienen que monitorear rápidamente y, con bajos niveles, poder aplicar los fungicidas.

“En los últimos años hubo un desconocimiento del síntoma inicial en relación a la Ramularia, que depende del rastrojo.

"Para cuando el productor advertía su presencia, ya tenía el 40 por ciento cubierto con hojas. Eso es mucho, en especial si se tiene en cuenta de que el umbral de la Ramularia es del 15%.

“Cuando se detecta una enfermedad es, generalmente, porque existe poco entrenamiento previo para su contralor y ya se encuentra en niveles importantes”.

También en soja

--Nunca más real la frase: más vale prevenir...

--Cuando vemos los síntomas es porque estamos en la etapa final de lo que llamamos período de incubación de una enfermedad; es lo mismo que pasa con el humano. Ya hay una colonización previa e inicio de la infección.

“Por eso siempre recomendamos que el técnico intensifique las tareas de monitoreo, para que eso le de la pauta de cómo progresa, o no, una enfermedad dentro del cultivo de soja.

“Las enfermedades de fin de ciclo, generalmente, se inician al principio, ya que los productores las veían muy cerca de la madurez, pero a medida de que pasaron los años de monocultivo, algo asociado a siembra directa, van quedando todos los patógenos y los hongos, que viven del rastrojo y, por lo tanto, lo que llamamos el inóculo primario es cada vez mayor.

“Si comparamos el año 1985 respecto de 2016, hay un adelanto de las enfermedades de fin de ciclo y hoy aparecen en el estado reproductivo inicial de la soja”.

--¿Es determinante el sistema radicular?

--Es importante para que la planta salga cuanto antes del estado de plántula. Eso para los problemas de raíz, o vasculares, pero ahora vamos a tener inconvenientes porque se atrasa la siembra por el exceso de agua, ya sea en el centro de Santa Fe y en el Litoral. Y en la provincia de Buenos Aires también.

"Habrá patógenos y será importante un sistema radicular bien desarrollado y que los técnicos usen terápicos de semilla específicos.

“Luego, una vez que la planta se desarrolló, las enfermedades de fin de ciclo están ocasionadas por hongos instalados en los rastrojos, aunque son foliares. Si está bien estructurada la planta, ahí debe ingresar la aplicación del fungicida como una estrategia de emergencia, o en la mitad del ciclo del cultivo, que será más temprano o más tarde de acuerdo a cómo progresen los síntomas”.

La siembra directa

--¿Son todas consecuencias atribuibles a la siembra directa?

--En biología y en producción siempre hay una de cal y otra de arena.

“La siembra directa nos permite acumular más reservas, pero es cierto que para el tema de los patógenos hay cada vez más incrementos. Por eso hay que acompañar los nuevos eventos tecnológicos con buenas decisiones de los ingenieros agrónomos.

“En siembra, en este momento, los patógenos del suelo son especies del género Fusarium. Y en los suelos inundados hay falsos hongos que requieren, como principio activo, que los curasemillas tengan el agregado de Metalaxil.

“Luego, durante el cultivo de soja, durante los meses de enero o febrero, ya en floración, tendremos la mancha marrón de la soja y, sobre todo, el tizón o la mancha púrpura de la semilla.

"Son las que generan una senescencia acelerada del cultivo, se arrebata y llena menos el grano.

“Esto hay que evitarlo, porque la planta, ante una situación de este tipo, lo que hará es sacarse lo que le sobra; es decir, flora y vainas, y eso representa menos cosecha”.

--¿Se puede diferenciar por regiones?

--Claro. En el NOA estaba la mancha anillada, que ahora la tenemos en el Litoral.

"En el centro de Santa Fe se conjugan alta humedad, con otoños, en los meses de marzo y abril, con alta humedad y alta temperatura. Esa combinación se convierte en letal por el desarrollo posterior de hongos.

"Y, en la zona Núcleo, están todas las enfermedades".