Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

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La noticia más triste: su corazón no pudo más y Soledad falleció esperando el trasplante

La bahiense, de 41 años, falleció este lunes en Capital Federal. Durante el día había sido sometida a varias intervenciones quirúrgicas. Figuraba primera en el listado de emergencia del Incucai.

Fotos: Archivo La Nueva.

Su corazón no pudo más. Soledad Mancinelli, la bahiense de 41 años que se encontraba primera en la lista de emergencia a nivel nacional para recibir un corazón, falleció este lunes en Capital Federal.

La triste noticia fue comunicada por sus allegados a través de las redes sociales.

En las últimas horas, Soledad había afrontado una serie de intervenciones quirúrgicas, que lamentablemente no pudo soportar.

Alejandra, una de sus amigas y quien había sido una de las voceras de su situación, lo informó a través de la red X.

"Jamás pensé sentir un dolor tan grande en mi vida. Mi amiga, mi otra mitad ya no estará jamás conmigo y tengo aprender a vivir con eso. Gracias INFINITAS a todos los q dieron un retuit y se sumaron a esta campaña. Sole, ya esta descansando", señaló en un post, con el hashtag #DonarOrganosEsDonarVida.

La pelea de Soledad por seguir viva y conseguir un corazón se había replicado en todo el país en los últimos días. En este marco, su familia y amigos habían lanzado una desesperada campaña para concientizar sobre la donación de órganos.

“¡Necesitamos un corazón para Sole!”, era la consigna con la que invadieron las redes. “Soledad tiene 41 años, es hija, amiga, scout y docente; y está luchando por su vida”, remarcaban.

Además, muchos de ellos la acompañaron hasta último momento en Capital Federal y mañana martes estarían emprendiendo el regreso a Bahía Blanca.

A Soledad, que vivía en Ingeniero White, le descubrieron una falla en la válvula mitral a finales del año pasado y comenzó un tratamiento para bajar la presión y para que su corazón no funcionara tan exigido.

Luego notaron que tenía una pequeña pérdida, lo que hacía que su corazón funcionara a una mayor frecuencia. Es por eso que los médicos decidieron derivarla al Instituto Cardiovascular de Buenos Aires, donde el lunes de la semana pasada había sido operada.

Aquello que parecía una cirugía sencilla se convirtió en una pesadilla. Su corazón comenzó a latir con menos frecuencia y desde  ese día se encontraba asistida mecánicamente.