Mario Olaciregui y un legado arquitectónico
Fue vecino destacado y protagonista de la vida social y comercial de la ciudad
Es periodista, ingeniero civil y docente de la Universidad Nacional del Sud en materias relacionadas con el Patrimonio arquitectónico y el planeamiento urbano. Ha publicado notas en revistas Vivienda, Todo es Historia, Obras & Protagonistas y Summa +. Participa en varios micros radiales referidos a la historia de Bahía Blanca. En dos ocasiones recibió primera mención por parte de ADEPA en el rubro Cultura e Historia.
Hace 50 años, en mayo de 1974, falleció Mario José Olaciregui, destacado vecino bahiense y propietario de dos viviendas emblemáticas de nuestro patrimonio arquitectónico.
Miembro de una tradicional familia local, Olaciregui era de profesión abogado, egresado de la UBA en 1916. Su padre, Ramón Olaciregui, se instaló en nuestra ciudad en 1870, convirtiéndose en un referente de la vida social, agropecuaria y política, siendo uno de los fundadores de la Sociedad Rural, titular de la firma Lanusse y Olaciregui e intendente municipal entre 1905 y 1907.
Mario Olaciregui desempeñó parte de su vida profesional como director de esa empresa, la cual presidía cuando cambió su nombre al de Bermúdez y Olaciregui. Una de sus hijas, María Magdalena, contrajo matrimonio con Jorge Bermúdez Emparanza, quien desarrolló una dilatada carrera política ocupando el cargo de secretario de Energía de la Nación (1962, presidente del banco Nación (1971) y del Banco Central de la República Argentina (1974).
Volviendo a Mario Olaciregui, se desempeñó también como aviador civil, siendo presidente del aero club.
Dos de las viviendas construidas junto con su mujer, María Magdalena Otamendi, están hoy incluidas en el inventario patrimonial. Una es la que ocupa actualmente la Unión Industrial, en Brown 460, diseñada por el arquitecto Enrique Cabré Moré y una de las primeras de la ciudad de estilo colonial.
La segunda, a la que bautizó “El buen retiro”, es una intervención en la llamada Quinta Coelho, de avenida Alem al 900, según un proyecto del arquitecto Manuel Mayer Méndez, casona adquirida en 1956 por la Universidad Nacional del Sur, donde hoy funciona la Casa de la Cultura.
Mario Olaciregui falleció en Buenos Aires, tres meses antes de cumplir sus 80 años de vida. Sus restos fueron inhumados en el cementerio de La Recoleta.